El otro día fue el cumpleaños de Larry y decidió publicar en nuestro canal de Telegram de WalkWithMeNow.com, un año de su vida en fotografías.
Pasó bastante tiempo eligiendo las fotografías que reflejaban su vida desde julio de 2022 hasta julio de 2023. Al final después de compartirlas, dio una mirada en retrospección a su vida y sonrió.
Esta mañana, al día siguiente de su cumpleaños, me dijo que estaba sorprendido por la cantidad de comentarios que habían recibido sus fotografías, y me mostró algunos de los mensajes personales que la gente le había enviado.
Muchos de los mensajes expresaron cuán impactante, e incluso transformadora, la colección de fotografías había sido para la persona que las miraba.
Luego expresó que mientras trabajaba en ello, eligiendo las fotografías para compartir, se dio cuenta de lo increíble que era su vida. Cómo, al expandir su conciencia a todo el año, vio que la gran mayoría de su vida es increíblemente buena, positiva y sorprendente. Y que también se dio cuenta de que las partes negativas, como los detalles de los que podría quejarse, eran tan pequeños e insignificantes que apenas existían.
PERO, en ese momento, esos pedacitos quejumbrosos parecían tan grandes, tan importantes, tan impactantes. Casi se sentía como si esos pedacitos quejumbrosos lo fueran todo y su vida apestaba en grande.
Le pedí un ejemplo.
“Como, lavar los platos. Siento que tengo que lavar los platos todo el tiempo, y es tan agotador y agotador. Pero en verdad, comparado con el resto de mi día a día, es una ‘nada’. Realmente, no toma tiempo y es insignificante”.
Durante muchos años, como tuve mentorados (“mentees” para aquellos a quienes no les gusta la palabra inventada de mentorados), mis alumnos planteaban un problema como para convertirse en figuras públicas o incluso tener su propio negocio. O incluso trabajar para una empresa. Este problema era el mismo problema para todos ellos, y era un poco como el ejemplo de los platos de Larry.
El problema era, “todos/todo lo que hago es malo. A nadie le gusta, ni a mí”.
Aquí hay un ejemplo inventado que explica esta afirmación: una da una clase sobre hierbas curativas. Veinte personas llegaron a la clase y, cuando se van, todos le dan la mano a la persona y le dicen lo maravillosa que fue la clase, excepto uno. Un estudiante, cuando se van, exige que le devuelvan su dinero y le dice a la persona que apesta, que la clase apesta y que debería conseguir un trabajo diario.
Le pregunto al estudiante, “después de la clase, ¿en qué pasas el 100% de tu tiempo pensando? ¿En las 19 personas felices o en la única infeliz, o algo completamente diferente?
Invariablemente, el estudiante me decía, “en la persona infeliz”.
Fascinante, ¿no? Cómo una retroalimentación negativa pequeña e insignificante tomaría el 100% del tiempo de una persona después cuando la mayor parte de esa experiencia fue positiva.
Nuestras vidas están llenas en su mayoría de experiencias positivas, pero a menudo las olvidamos. Ni siquiera los reconocemos como positivos. Por ejemplo, lavar los platos tiene el hecho de que tenemos agua potable, agua caliente, buen jabón, una lavadora de platos, bonitas vistas, hermosos platos para lavar, excelente comida y bebidas en nuestros estómagos que estaban en esos platos. Excelente compañía con la que comimos. O incluso si vivimos solos, ¡el hecho de que no tenemos muchos platos que lavar!
Me recuerda un poco a cuando estaba mirando por la ventana la lluvia y el viento, maravillándome del lugar en su totalidad. ¡Fue tan hermoso y sorprendente! Un amigo entró y dijo: “Qué mal tiempo estamos teniendo. Odio la lluvia.»
Estaba sin palabras.
Miramos las fotos de Larry y sonreímos y sonreímos, reímos y recordamos varios días de felicidad, magia y asombro. Además, tenía muchas fotos mías allí, lo que me agradó mucho.
“Tenemos una vida excelente”, dijo. Y acepté.
Inelia
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